Los celos
Autor: Manuel López Espino
Los celos son un cúmulo de emociones y conductas negativas, provocadas por el temor de perder al ser amado y del cual se depende para su estabilidad emocional y vital pudiendo llegar a tenerse cuadros delirantes y paranoides que pueden llevar a todo tipo de conducta incluido el asesinato.
Los celos son un sentimiento humano, natural, siempre relacionado con el amor, erróneamente ensalzado porescritores, músicos y artistas. «Otelo», de William Shakespeare, obra en la que aparecen conjuntamente los celos del moro veneciano que le llevan a matar a Desdémona, con el amor de ella que no se resiste a morir por su amado.
Otro mito, en este caso femenino, es «Medea», quien los celos la llevan a matar a sus dos hijos con tal de arrastrar al infierno a Jasón.
Cervantes, en «El celoso extremeño», un hombre que encierra a su joven esposa en su casa para que no tenga contacto con nadie. Sin embargo, de nada le sirve ya que el amante acaba entrando en su casa.
Historias donde el celoso no se arrepiente por su conducta al entender que son un acto de amor en lugar de ser despreciadas por su egoísmo y nula generosidad hacia sus seres amados.
El amor y los celos están íntimamente relacionados y como en toda buena combinación, tenemos que saber cuáles son sus cantidades para no estropear el plato. Una pequeña dosis de celos, sería como la cantidad de sal que echamos a un buen plato, es decir un 1%, y el resto del plato podría estar compuesto de amor, amistad, cariño, atracción, sexo, inteligencia, risas, cuidados, admiración y respeto, creando un plato romántico muy apetecible para cualquier persona.
Cuando los celos no los controlamos por creer ver la amenaza de perder una relación interpersonal importante por considerarla de nuestra propiedad, los convertimos en una respuesta emocional que nos bloquea el raciocinio,donde todos los demás elementos de la relación se ven mermados y los celos pasan a convertirse en la base de nuestra relación, salándolo tanto que hacemos un plato incomible, impidiendo la felicidad del que los padece y amargando la vida al ser amado y a todas las personas que rodean al celoso.
Los celos están presentes en todas las personas,independientemente de su cultura, estado social o edad con un rasgo de personalidad en todos ellos directamente proporcional a sus celos que es el egoísmo. Para poder amar tengo que buscar la felicidad del otro ante la mía, eso es el mayor acto de generosidad que podemos hacer, dando libertad y respetando las decisiones del otro. El celoso no es generoso, no sabe amar y entiende el amor como un acto de posesión, control y dominio, donde él es quien sabe lo que realmente el otro quiere, otorgándose unos dones de adivinación y sabiduría erróneos que le hacen sentirse con autoridad para imponer sus propias normas sin escuchar al otro.
Los celos sólo se identifican cuando aparecen, por lo que muchas personas se sorprenden de sí mismas al no sospechar que los padecían. No hay que tomarlos de forma negativa, es bueno hablarlo con la pareja, identificar que estímulos reales han hecho que se despierten en nosotros, darnos cuenta de nuestra inseguridad dentro de la relación y no tener miedo a pensar que ya no me quieren y me pueden dejar. Pensemos en qué estoy haciendo y qué he dejado de hacer para que mi relación no esté como queremos, empezar cuanto antes a hacer, lo que de forma real sé que tengo que hacer para volver al estado donde las dos partes de la relación volvamos a estar bien y a gusto;solo así saldremos del estado de celos para volver al estado de la realidad. Cuando un ser humano está bien nosuele buscar nada nuevo, el esfuerzo no merece la pena, solo cuando estamos mal, nos movemos para cambiar.
Los celos pueden ser sanos cuando lo que se espera del otro es coherente, respetando su libertad como persona y con un objetivo de compartir las cosas e ilusiones, dándonos cuenta que una relación es algo vivo donde los dos tenemos que alimentarla y para ello debo dejar que la otra parte se enriquezca en otras fuentes para poder aportar a la relación, al igual que debe hacer la otra parte. Teniendo una visión sana de la pareja es difícil que surjan los celos, porque nos damos cuenta de nuestra generosidad, poniendo como objetivo el enriquecernos a nosotros mismos, para aportar en nuestras relaciones,buscando campos donde no tiene por qué estar la otra parte y donde nuestro pensamiento no se ve atado ni necesitado del otro, por lo que desaparece el egoísmo y aparece la generosidad dentro de la pareja. Para llegar a este punto los dos tienen que tener un grado de madurez y confianza en ellos mismos, o verlo como objetivo importante dentro del proceso de madurez personal independiente a la pareja, porque si no, lo normal es que la gente busque una pareja para conseguir sentirse bien a través de ella y con ella convirtiendo su relación en insana por depender del otro para nuestra estabilidad emocional y necesitarlo para las cosas habituales del día a día convirtiéndonos en una carga en lugar de parte enriquecedora de la relación.
La persona celosa refleja carencias personales muy profundas que nunca podrán cubrirse con la pareja,llegando a provocar que el sujeto celoso, se sienta vulnerado e intente ejercer el dominio de la persona objeto del celo, atrapándola en una red de circunstancias opresivas tales como privarla de la libertad, aislarla, seguirla, revisar sus relaciones, buscando una evidencia de traición, que justifiquen sus ideas y conductas.
Tras los celos solemos encontrar una combinación de miedo e ira, los celos están alimentados por el miedo deperder a alguien y la rabia porque otra persona sea quien lo posea. Es una emoción destructiva, por lo que el reconocimiento de su existencia es lo primero que podemos hacer para cambiar esa conducta. Se da siempre en personas con baja autoestima, aunque parezca lo contrario, con dificultad para valorarse a sí mismos, donde ha habido poca afectividad en la infancia por padres que les valoraban poco o que estaban poco tiempo escuchándolos y atendiendo sus demandas con alto grado de exigencias o escasez de ellas, quedándoles patrones afectivos erróneos o poco útiles.