Políticos, no toquen más la educación, por favor
Por Manuel López Espino
Es sorprendente, en una sociedad avanzada, con su cultura, su educación establecida desde hace siglos, con personas que han demostrado su inteligencia por encima de los demás, (es decir, no todos somos iguales) donde personas con poca formación académica, pero con esfuerzo y estudio han llegado donde pocos han soñado; que estemos cuestionándonos si las calificaciones que miden el esfuerzo y la capacidad de adquirir los conocimientos básicos para nuestro desarrollo personal y cultural son importantes o no.
Está más que demostrado que el estudio no es algo que guste a la mayoría de las personas, por tanto hay que hacerlo a pesar de ello, y el que estudia tiene que tener claro que debe llegar a unos mínimos, en mi tiempo era el 5, que te permitía poder seguir avanzando con unos conocimientos mínimos pero suficientes para el progreso de cada asignatura. Sin esa nota que tendrían una orientación sobre cual es el sacrificio, dificultaríamos más el esfuerzo de los niños, les quitaríamos la vara de medir su trabajo, el hasta dónde tengo que esforzarme, que nivel tengo, con quien me tengo que comparar para superarme, un proceso evolutivo maravilloso para poder superarnos. ¿Se imaginan a un atleta correr sólo, sin decirle el tiempo que hace ni lo que hacen los otros? ¿Alguien realmente cree se esforzaría al máximo? Creo que están partiendo de una visión muy utópica del ser humano que ya estaba en la época griega de que el hombre es un animal que en su tiempo libre lo que quiere es enriquecerse de conocimiento, pero eso por desgracia, todos los que hemos trabajado o tratado con niños y con adolescentes sabemos que es mentira, salvo raras excepciones. Somos animales que hacemos las cosas, normalmente por obligación o para conseguir algo que deseamos. ¿Alguien iría a trabajar sin saber cuanto le van a pagar o sabiendo que trabaje más o menos que mis compañeros todos vamos a cobrar lo mismo?, eso ya lo experimentaron las sociedades socialistas y comunistas y las llevo siempre a la ruina, siendo un fracaso.
En Cataluña quieren descubrir una nueva forma de medir el esfuerzo sin números, en la ESO, quieren sustituir al principio las notas del 0 a 10 por nomenclaturas: adquisición excelente (AE), adquisición notable (AN), adquisición satisfactoria (AS) y no adquisición (NA). Esto supone igualar las notas a la primaria, y con ello pretenden conseguir que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje y mejore su proceso evolutivo», y posteriormente, suprimir las notas.
«Establecer el grado de adquisición de competencias básicas en secundaria y asimilarlo al de primaria es una buena noticia, aunque es solo un elemento más en el conjunto del debate educativo», matizan la subdirectora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Nati Cabrera, y la profesora de los mismos estudios Anna Espasa. «¿Qué quiere decir tener un 3, un 4,7 o un 8,2? ¿Qué mensaje se envía al estudiante? ¿En qué lo ayuda esta información? ¿Sabe realmente el alumno por qué su trabajo ha obtenido esa nota?» Son algunas de las preguntas –según las profesoras– que se tendría que cuestionar el sistema educativo. «A partir de las respuestas se entenderá por qué hay que ir mucho más allá de calificar», añaden».
Esto me suena a las pulseras que se ponen con imanes o con piedras de Egipto que te regulan el colesterol, la tensión arterial o te dan estabilidad en el amor, yo prefiero ver a un profesional de la sanidad y que me haga las pruebas adecuadas y un tratamiento médico y demostrado, algo que esté basado en estudios científicos con resultados empíricos que creer en cosas que no veo sentido ni relación salvo la sugestión y la fe de cada uno, que sí entiendo hace mucho. Por desgracia el cambiar números por letras y el no suspender a nadie dejando que cada uno evolucione y aprenda como quiera, no tiene ningún efecto positivo. Al contrario, solo veo la continuidad del fracaso escolar que tiene este país por culpa de este tipo de ocurrencias y por querer cambiar fórmulas que siempre han funcionado. Fórmulas como la autoridad del profesor, para que pueda exigir que se haga lo que él considere obligatorio y necesario aprender para cada edad, formulas de mandar deberes, para que el alumno se tenga que enfrentar a los nuevos conocimientos solo en casa y se pueda dar cuenta de lo que sabe y lo que no le quedó claro, o lo que tiene que aprenderse de memoria para poder resolver nuevas cuestiones. No puedo entender que la memoria sea algo negativo y casi prohibido. A fin de cuentas, solo sabemos aquello de lo que nos acordamos, y por mucho acceso que tenga a la información,si no sé algo nunca voy a buscarlo. Solo podré hablar y razonar con aquellos datos que tengo en mi memoria, y la historia tengo que sabérmela de memoria, por supuesto razonando el por qué de muchos sucesos, pero las fechas y nombres hay que aprenderlo, como la tabla periódica de los elementos, las reglas de la semántica, las tablas de multiplicar, o los huesos del cuerpo por poner ejemplos.
Estas grandes expertas de la educación, (o de la educación con sesgos políticos), se cuestionan si los chicos saben que significa sacar un 3 o sacar un 8, yo les aseguro que cualquiera que haya estudiado, y le hayan puntuado, sabía y sabe que significa. Por favor, “expertos”, no consideréis que el pueblo es tonto y necesita que vosotros les expliquéis todo.
Según sus palabras textuales «La clave de este trayecto es la evaluación continua y formativa como resultado de una formación a lo largo de la vida, en la cual el estudiante es parte activa del aprendizaje». No me queda claro si quieren estar evaluando a las personas durante toda la vida, que son capaces de planteárselo, o que pretenden estar formando a la gente toda la vida, pero por favor, dejennos en paz políticos, pedagogos, psicólogos y demás expertos en manejar la vida de los demás. dejen que los niños y los padres juntos decidan la carrera o la formación que quieran hacer, y no a través de unos test, intentar acertar e imponer el mejor futuro que ustedes creen tendrá una persona. Si se equivocan, al menos lo harán ellos y no ustedes, pues el porcentaje de éxito de esas pruebas es mínimo y con una base científica detrás muy escasa.
Nos dicen: «Por eso no tendría que ser remarcable si se califica con una cifra o con nomenclatura, sino el proceso de desarrollo de competencias que experimenta el estudiante».
Vamos a ver, no mezclemos términos políticos de competencias con el proceso evolutivo en la formación y en los estudios de un niño, por favor. Muchas cosas se estudian sin darte cuenta que competencias estás adquiriendo, es más, la mayoría. Las competencias hasta que no lo pones en práctica no te das cuenta las que tienes.
Políticos, quedaros al margen de la educación y no la estropeéis más. Quitarnos trabas para que cualquier español pueda estudiar en su lengua materna, darnos a todos los mismos conocimientos sin manipularnos la historia según la región, y dejar que los mejores profesores puedan dar clase en cualquier lugar de nuestra geografía. El resto dejarlo en manos de los profesionales que sepan de ello. No experimentes con la educación y la formación de nuestros hijos. Gracias.