La Ludopatia

La ludopatia

Autor: Manuel López Espino

 

La Ludopatia

La ludopatia generalmente empieza a comienzos de la adolescencia en los hombres y entre los 20 y 40 años en las mujeres siendo ellas un tercio de los individuos afectados, con una prevalencia entre los adultos del 1 al 3% de la población general.

Las personas con este problema tienen un comportamiento de juego desadaptativo y recurrente, con dificultad para resistirse a controlar el impulso a jugar de forma persistente y progresivo, afectando de forma negativa a la vida personal, familiar y laboral.

Aunque comparte características del trastorno obsesivo compulsivo, la ludopatía es una afección diferente, donde muchos individuos buscan la euforia o la excitación del riesgo más que el dinero. En el trastorno obsesivo, se realiza la conducta para reducir el síntoma negativo, aquí ocurre muchas veces el acto de apostar para reducir el estado de mal estar, bien sea agresivo o depresivo, que les lleva el intentar no jugar sin éxito. Se podría interpretar como la adicción a una droga, siendo la droga en este caso el efecto de las hormonas que crean ese estado de excitabilidad por la mezcla de estímulos, entre los que estarían: el riesgo de perder dinero, la euforia de ganarlo, la falsa capacidad de control sobre el juego, creyendo que uno lo domina y le puede ganar con sus habilidades, las luces o bien de la máquina con sus sonidos condicionados a dar premios o del entorno evocador a la noche de los demás sitios de juego, la rapidez de las jugadas para que piense que en poco tiempo puede recuperarlo todo o cambiarle la suerte. Estamos ante unos sujetos con distorsión de la realidad, manipulados por la superstición, por una confianza excesiva y la negación de su problema y enfrente uno de los negocios más lucrativos de la humanidad, que invierte miles de millones en crear todas las condiciones óptimas para que el jugador no deje de serlo y para atraer nuevos individuos a su telaraña de perdición.

El enfermo cree que el dinero es el problema y la solución a todos sus males y que la gente de su entorno no sabe y no valoran su capacidad para afrontarlo. Por lo que miente y esconde su conducta ante cualquiera, siendo capaz en algunas fases de cometer un delito o romper relaciones si se anteponen al juego.

Suele ser gente que antes de caer en el juego ya eran muy competitivos, con un mayor índice de padecer trastornos del estado de ánimo que la población general, así como estrés, adicción al trabajo o a los estudios, normalmente va ligado el abuso de sustancias tóxicas así como conductas antisociales y con personalidad narcisista.

Para recibir el diagnóstico de juego patológico, el individuo debe cumplir al menos cinco de los siguientes síntomas:

  • Preocupación. El sujeto tiene pensamientos frecuentes sobre experiencias relacionadas con el juego, ya sean presentes, pasadas o producto de la fantasía.
  • Tolerancia. Como en el caso de la tolerancia a las drogas, el sujeto requiere apuestas mayores o más frecuentes para experimentar la misma emoción.
  • Abstinencia. Inquietud o irritabilidad asociada con los intentos de dejar o reducir el juego.
  • Evasión. El sujeto juega para mejorar de su estado de ánimo o evadirse de los problemas.
  • Revancha. El sujeto intenta recuperar las pérdidas del juego con más juego.
  • Mentiras. El sujeto intenta ocultar las cantidades destinadas al juego mintiendo a su familia, amigos o terapeutas.
  • Pérdida del control. La persona ha intentado sin éxito reducir el juego.
  • Actos ilegales. La persona ha violado la ley para obtener dinero para el juego o recuperar las pérdidas.
  • Arriesgar relaciones significativas. La persona continúa jugando a pesar de que ello suponga arriesgar o perder una relación, empleo u otra oportunidad significativa.
  • Recurso a ajenos. La persona recurre a la familia, amigos o a terceros para obtener asistencia financiera como consecuencia del juego.

En la actualidad no se considera ningún tratamiento como el más eficaz, y no se ha aprobado ninguna medicación por parte de la FDA para el tratamiento del juego patológico.

Jugadores anónimos es un tratamiento comúnmente utilizado para la ludopatía, modelado con base en el tratamiento de Alcohólicos Anónimos, que hace hincapié en un enfoque de ayuda mutua.

Se ha visto que un enfoque, la terapia cognitivo-conductual reduce los síntomas centrándose en la identificación de los pensamientos relacionados con el juego, las distorsiones cognitivas y del ánimo que incrementan la vulnerabilidad al juego incontrolado. Así como en los castigos y refuerzos tanto del ámbito del juego como los de la vida del sujeto.

La terapia psicoanalítica es también eficaz aunque más lenta en sus resultados, ya que analiza más la personalidad del enfermo a través de la información que este va dando, produciéndose los cambios ante el contraste con la realidad, este va creciendo y madurando asimilando su comportamiento y lo que ello conlleva a su vida en general. Para llevar a cabo esta terapia tenemos que asegurarnos que estamos ante una persona estable y con recursos, ya que el 20% de los pacientes de ludopatía, que afrontan cualquier tipo de terapia hacen un intento de suicidio.

El juego es algo legal en la mayoría de los países, por lo que tendremos que educar a la población bajo los conceptos de la libertad de poder utilizarlo con control de nuestros impulsos para que sea difícil caer en su dependencia, ya que sabremos de ante mano los peligros y como evitar las emociones que dejo de controlar. El concepto de prohibir es para las poblaciones infantiles que no tienen capacidad de ser responsables y son sus dirigentes los que actúan como padres de ellos. Lo que no nos damos cuenta en muchas ocasiones que lo bonito de la vida es cuando soy libre para hacer cosas peligrosas y mi madurez es quien no quiere hacerlas. Cuando me doy cuenta que soy libre y decido lo mejor para mí en base a las variables que manejo, cuando ni el estado, ni la adicción deciden por mí.

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